HÉRCULES 5 *****

HÉRCULES 5 *****
La Butaca del Herculanismo

"Mejor prevenir que curar" (Opinión)

>> viernes, 23 de septiembre de 2011



Hablando de fútbol, como siempre suelo hacer con la gente que me rodea, un buen amigo madrileño me decía hace algunos unos días lo siguiente: "ojalá consigáis el ascenso, aunque esta vez sin comprarlo, claro" A esa frase tan valiente y rotunda le siguió rápidamente una carcajada final para rebajar la carga de tensión y entender la afirmación en el contexto de la broma y el buen rollo que existe entre mi colega y un servidor. En ese momento, yo me tomé a cachondeo la situación pero no voy a negar que unas horas después de aquel 'encontronazo', yo me tomé en serio el mensaje y fue entonces cuando me puse a reflexionar. 


Y entre reflexión y reflexión fui sacando algunas conclusiones y haciendo autocrítica de nuestra forma y nuestra idiosincrasia como club, ese mismo way of life que nos hace ser tan negativamente vistos fuera de Alicante. No es ninguna sorpresa saber que Enrique Ortiz, el máximo dirigente del Hércules, es uno de los muchos culpables de esa percepción a raí de la 'Operación Brugal', una operación a través de la cual nacieron las sospechas en las que el Hércules se vio implicado en la compra de partidos en la temporada del ascenso a Primera División. Resulta curioso pero Enrique Ortiz volvió a coger los mandos de la institución hace pocos días, después de que el propio empresario se apartara de la primera línea en aquellos momentos en los que el Hércules era noticia en toda la prensa deportiva. 


Fueron días difíciles, días en los que el herculanismo se vio ensuciado por noticias que nada tenían que ver con lo deportivo. Pero lo cierto es que esa noticia que colmó el vaso no fue la única que hasta esa fecha concreta se había conocido de este club y que, de alguna u otra forma, habrían podido desprestigiar a una institución con tantos años y con tanta historia detrás como la herculana. Y es que la ciudad de Alicante siempre ha sido una ciudad prohibida desde el punto de vista turístico para la mayoría de los futbolistas. A lo largo de los años, la noche alicantina ha sido escenario de muchas juergas y de muchas salidas nocturnas de jugadores, algunas de ellas muy sonadas. Jugadores con mucho dinero que llegan a una ciudad con un gran clima, mejor fiesta y excesivas mujeres en busca del famoso de turno. Blanco y en botella. No hace falta decir nombres pero el mítico pub 'Di Roma', ahora transformado en casino, fue el punto más caliente de aquellos días de infausto recuerdo. 


Ayer conocimos un caso más para incluir a la lista. Si el año pasado hablamos de Drenthe y su 'paseo' por Alicante a 160 km/hora con desacato a la autoridad incluido, esta vez nos tocaba hacerlo de un positivo por alcoholemia de Abel Aguilar. Efectivamente, ni los casos ni los jugadores son los mismos. Hasta ahí todos de acuerdo. Pero en lo que no estamos de acuerdo y sí se repite, es el fondo de la cuestión. Un jugador profesional, internacional como lo es Abel Aguilar, que se pasa de la raya y triplica la tasa de alcohol permitida. ¿Fallo humano? ¿Se le fue de las manos la noche? ¿La cena se alargó y se confió en exceso? Excusas. Un jugador de su talla no puede permitirse eso. Lo miremos por donde lo miremos es un error. Lo único que le salva a Abel es su reconocimiento del error y sus disculpas. Pero la multa no se la quita nadie y el quedarse sin carnet durante unos meses, tampoco. 


Ahora bien, y aquí realizo mi última reflexión, ¿por qué ocurren todas estas cosas en el Hércules? ¿por qué no damos la imagen de club ejemplar que durante años hemos transmitido? ¿por qué no se respetan los valores iniciales que 'El Chepa' y, más tarde José Rico Pérez, promulgaron? Falta de organización, falta de seriedad y falta de criterio. Tres elementos indispensables para crecer por dentro y evitar que el club se convierta en un circo. Tengo otro buen amigo que siempre me ha dicho que "para que no se produzca un problema lo mejor que hay que hacer es evitarlo" Y digo yo ¿lo de Drenthe se pudo haber evitado? ¿Y lo de Abel? ¿y lo de Enrique? ¿Y lo de otros muchos jugadores que salieron de fiesta y fueron cazados en situaciones incómodas? 


Está claro que tampoco es cuestión de ponerle un vigilante privado a cada jugador pero lo que no creo que estaría de más es reimplantar unas bases institucionales y reinculcar una filosofía de club. Es decir, implantar un sello, un libro de estilo como organización que nos identifique dentro de unos valores a cumplir como hacen en otros equipos de Inglaterra como el Liverpool o, sin ir más lejos, el mismo Barcelona. Las sanciones duras están muy bien. Correcto. Pero mejor estarían si antes de infligir un castigo se enseña a todos (jugadores y directivos) lo que deben y no deben hacer en una institución con solera como la blanquiazul. Si Ortiz de verdad quiere cambiar, este podría ser el primer paso para ello. Porque ya lo saben, siempre es mejor prevenir que curar...



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