HÉRCULES 5 *****

HÉRCULES 5 *****
La Butaca del Herculanismo

Tote al dente (Artículo de opinión)

>> martes, 14 de diciembre de 2010

Tote al dente


Totellini no es una marca registrada, pero lleva camino de serlo. El 10 herculano no es italiano, pero como si lo fuera. Aunque, en realidad, hay veces que nos parece hasta brasileño. Sin embargo, no es moreno y tampoco tiene los ojos rasgados ni juega como Oliver, el amigo fiel de Benji. Quizá tenga excesivos tatuajes repartidos por todo su cuerpo y sea un pelín chuleta, sí, pero no es un matón de los que hacen sangre. Sólo es Jorge López Marco, conocido por todos como ‘Tote’, futbolista del Hércules de Alicante.

El domingo pasado volvió a deslumbrar al Rico Pérez casi tanto o más que las renovadas torres de luz del estadio. Su recital de fútbol fue exagerado, brutalmente exagerado. Podría decirse que el madrileño jugó uno de sus mejores partidos desde que viste con la elástica blanquiazul, sino el mejor. De hecho, mucha gente se pregunta todavía si lo que vio el otro día salió de las botas del carismático mediapunta.

Sí, no les quepa duda. Pellízquense, frótense los ojos, den varias vueltas a la manzana, lo que quieran, porque es cierto: Tote ha vuelto. Y puede que esta vez lo haya hecho para quedarse. En Alicante se encuentra a gusto, se siente partícipe de un proyecto, de unos colores y de una afición que siempre le ha profesado un profundo cariño. Tote y Alicante están hechos el uno para el otro. Un amor mutuo que se confirmó con el ascenso a Primera y que a día de hoy parece reflejarse en el terreno de juego. Y eso que parecía que esta temporada no iba a ser la mejor de todas.

Hace unos meses, concretamente, el 24 de septiembre de 2010, yo hablaba de Tote y comentaba su bajo estado de forma. En dicho artículo, explicaba que una de las claves para que Tote volviera a ser el que era residía en darle libertad, en tener paciencia con él sin dejar de exigirle como profesional. El punto clave era aportar una especie de espacio necesario para que, la entonces estrella hasta la llegada de Trézéguet, Valdez y Drenthe, (los Reyes Magos herculanos como así los ha bautizado nuestro compañero Carmelo Escudero), pudiera asimilar bien su nueva posición dentro del plantel.


 El asunto no era fácil y el primero que debía encontrar el punto óptimo de cocción del controvertido atacante era Esteban Vigo. El míster tenía un reto por delante muy difícil. Tanto que en el juego de presiones creadas entre ambos se confeccionó una cuerda que, por momentos, se tensaba del lado de “Boquerón”. Pasaban las jornadas y el jugador blanquiazul no obtenía recompensa. De ser titular, a tener unos minutos o, directamente, a pasar varias veces por la grada a causa de extrañas decisiones técnicas en partidos donde la necesidad de creatividad ofensiva imperaba, caso de Almería o Pamplona, por ejemplo.

Una guerra sin cuartel en la que los rumores sobre desavenencias y conflictos internos empezaban a aparecer, en la que Tote empezaba a generar más juego fuera del campo que dentro. El clima era similar a que una olla a presión estuviera a punto de estallar. No quedaba más solución que la ruptura por alguna de las partes. Pero no. La ruptura no era la opción. Ni la era ni la fue.

El domingo quedó claro que Tote, a sus 32 años de edad, ha madurado lo suficiente para saber actuar en este tipo de situaciones. Lo que otrora hubiera significado una marcha casi segura del club por problemas con el técnico, esta vez se tornaron en buenas noticias. Sin querer parecer ególatra, es probable que el 10 se leyera mis consejos de aquel humilde texto que le dediqué. “Paciencia y comprensión” fueron mis repetidos consejos.

Hoy, Totellini está en su mejor momento. Nunca mejor dicho, y haciendo metáforas culinarias, Tote está al dente, saboreando su situación desde lo alto de la cúspide, justo en ese lugar donde uno puede observar todo con mejor perspectiva, la perspectiva del tiempo. Porque como dijo el otro día Esteban Vigo, “quien trabaja y trabaja y sabe esperar, al final le llega la recompensa”. Dicho y hecho. Casi dos meses después, el tuya-mía entre míster y jugador ha pasado a mejor vida. Ambos decidieron centrarse en hacer su trabajo lo mejor posible y sin quererlo (queriendo) hicieron también mejorar al equipo. Ese gran equipo que se vio el otro día ante el Málaga y que tuvo nombre y estilo propio, el de otro rey mago llamado: Tote.  


*Este artículo también lo puedes leer en AlicanteSport.com

 

0 comentarios:

  © Free Blogger Templates Skyblue by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP