"Portigol, te quiero!" Post Partido: Hércules C.F. 2 - 1 Rayo Vallecano

¡Apoteósica! La tarde de hoy ha sido apoteósica. Un Rico Pérez lleno hasta la bandera con más de 27.000 mil herculanos alentando, ha vuelto a vibrar como hacía tiempo que no vibraba. Después de muchos años, el Hércules ha vuelto a vivir una de esas tardes mágicas, una de esas tardes de gloria. Y eso que a la conclusión de la primera mitad, las caras en el estadio blanquiazul eran un auténtico poema después de que Coke adelantara en el marcador a los franjirrojos con un fuerte disparo desde fuera del área. Pero un gran Portillo, enchufadísimo todo el encuentro, hizo levantar al público alicantino de su asiento por partida doble y el Hércules remontó el encuentro para delirio de una afición que ya se siente de Primera y que en la tarde de hoy saltó al césped para celebrarlo. Sin embargo, a pesar del tercer puesto y de la euforia desmedida, el Hércules no será de Primera hasta la última jornada en la que tiene que viajar a Irún y vencer a un Real Unión que está prácticamente descendido. Por su parte, Real Sociedad y Levante confirmaron hoy su credencial como nuevos equipos de la Liga BBVA al ganar en sus respectivos encuentros a Celta y Castellón.

Una primera parte demoledora pero injusta
Si hubiera que poner un adjetivo a la primera parte del Hércules, este sería el de demoledora. El Hércules salió con la sexta marcha puesta sabiendo lo que se jugaba. Y cuando sucede esto, ya se sabe, o te comes al rival o te pasas de rasante. En este caso, al Hércules le sucedió lo segundo. Llegaba y llegaba pero faltaba esa puntilla para abrir la lata. Nos faltaba suerte. Portillo y Danciu se dedicaban a ganar constantemente las espaldas de los centrales madrileños que se las veían y se las deseaban y que ponían en muchísimos aprietos a su guardameta, quien se convertiría finalmente en el mejor de los suyos. Hasta cuatro ocasiones claras de gol contó el equipo de Esteban, más un dudoso penalti de Dani sobre Tiago Gomes que el árbitro no apreció, para ponerse por delante en el marcador.

Por su parte, el Rayo lo intentaba tímidamente con disparos de Susaeta y de Rubén Castro, pero Calatayud era casi un espectador más del juego. Aún así, como decimos, el efecto de los minutos demoledores del principio se le había agotado al Hércules y fue entonces cuando el Rayo empezó a despertar. Lo hizo de forma paulativa y a pocos minutos del descanso, ahogando al Hércules en el centro del campo con una buena presión que impedía la claridad de ideas de los pivotes blanquiazules. El primer aviso del conjunto madrileño fue el de Piti, que no acertó a cruzar bien su disparo el cual se marchaba rozando el poste derecho de Calatayud. Los seguidores herculanos respiraban tranquilos. Pero el que sí se trató de un aviso serio fue el de Coke minutos después. El lateral del Rayo, destacado en las últimas jornadas, volvió a ver puerta. Y lo hizo en un momento crucial, en los minutos psicológicos, en el 45' de la primera mitad. Un disparo cruzado desde la frontal del área se colaba en la portería herculana y enmudecía las miles de gargantas blanquiazules que se habían dado cita.

Portillo nos acerca al ascenso una...
Así de injusto estaba siendo el fútbol para los alicantinos. Un Hércules que no había dejado de atacar en los primeros 45 minutos y un Rayo que las veía venir esperando al contragolpe y que, para mayor suerte, en la única buena acción se había encontrado con el premio. Con ese resultado ambos conjuntos se iban a tomarse un respiro. El Hércules volvía a complicarse la vida y a tener que apelar a la épica. Los resultados de Levante y Betis tampoco acompañaban y sólo valía la victoria. Pero ahora había que hacer un sobreesfuerzo. Esteban debía arengar mucho a los suyos para cambiar el guión.

Y por lo visto sí que arengó lo suyo. Y es que los jugadores herculanos salieron con más ganas si cabe que al comienzo del partido y esta vez sí, esa garra, tuvo premio merecido, ya que a los 3 minutos por fin se habría la lata herculana. Una jugada trenzada por la banda izquierda por Sendoa acabó en un centro al área pequeña donde esperaba Portillo con la caña lista. El madrileño se sacó un bello cabezazo de la chistera que se colaba por la escuadra. El gol desató la locura en la grada. El Hércules había empatado y por delante quedaba todo un mundo por jugarse. Había tiempo. Había esperanza.

El Hércules siguió buscando incesantemente el segundo, el de la victoria. Mientras, el Rayo se echaba para atrás con un juego más conservador, durmiendo la pelota y perdiendo el tiempo, como si el empate les valiera, que al fin y al cabo, sí, les valía. Los minutos pasaban y el Hércules y toda su afición sudaba nervios a flor de piel. Ya no quedaban uñas libres en el Rico Pérez. Parecía que una vez más se volvía a esfumar el sueño. Esteban se la jugó entonces a la desesperada. Era ahora o nunca. Y puso sobre el tapete verde a toda su artillería pesada. Concretamente, acabo jugando el partido hasta con 7 futbolistas de ataque...lo nunca visto. Una esquema raro, casi de balonmano, un inusual 3-1-3-3 con Cristian y Tiago Gomes haciendo las veces de pivotes defensivos, Tote y Kiko abriendo las bandas, Abraham actuando casi de líbero y la "Doble D" más Portillo desgastándose arriba. Era la épica o la puntilla final. Y salió épica.


...y dos!
Justo después de dos claras ocasiones de Kiko y Delibasic, de nuevo, Portillo, quiso convertirse en el verdadero protagonista de la película. Y lo fue, mínimo, para un Goya. El delantero, quien recalara en el Hércules en el mercado de invierno procedente de Osasuna, se erigió en héroe de la tarde. Corría el minuto 43 de la segunda parte, cuando Cristian buscaba lo imposible escorando casi desde el corner un centro por la banda derecha que peinó en primera instancia de cabeza Delibasic, para que Portillo, que estaba en posición correcta, aprovechara la dejada y le robara la cartera a la defensa del rayo marcando a placer. El Rico Pérez se encontraba en éxtasis. No se lo podía creer. La remontada se había consumado.

La historia nos exige un último esfuerzo
Era uno de los muchos carteles que se colgaron ayer por todo el campo. Uno bien grande situado en una de las esquinas que unen Fondo Norte con Preferente. El lema era bien claro: "la historia nos exige un último esfuerzo". Al lado, una camiseta blanquiazul bien grande con el número 7 del histórico Dante Sanabria. Y es que la situación no debe llevarnos a engaños. Todavía no se ha conseguido nada. Se ha dado un paso importante, pero todavía falta el más importante, todavía falta el último paso, el definitivo.

El Hércules debe viajar a Irún en un largo desplazamiento y en una cancha complicada con un equipo que, a pesar de estar virtualmente descendido, todavía tiene pequeñas esperanzas matemáticas de salvarse. Una victoria nos daría el ascenso independientemente de lo que haga el Betis en su enfrentamiento ante el Levante. Será una última jornada de muchos más nervios, tensiones, maletines (seguro los habrá) alegrías y tristezas, en donde el Hércules tendrá que romper su gafe a domicilio si quiere de verdad estar en "la liga de las estrellas" el año que viene junto a Messi, Ronaldo y compañía. Después de 14 años, el Hércules puede escribir otra gran cita con la gloria. Después de 14 años, podemos volver a hacer historia. Es nuestra hora. Hoy más que nunca: ¡MACHO HÉRCULES!

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Foto: Nuestrared.net

(*) La sinopsis del partido: