14 años de un recorte
>> jueves, 13 de enero de 2011
14 años de un recorte
Eduardo Rodríguez Fernández, alias "Rodríguez", ostenta desde hace más de una década el récord de máximo goleador en la historia del Hércules C.F. El ex- delantero herculano tiene también el privilegio de ser recordado por uno de los goles más bellos de la historia blanquiazul, el recorte a Laurent Blanc. Hoy, 13 de enero de 2011, se cumplen 14 años de aquel gol que ayudó a conseguir una victoria histórica ante el Barça de Sir Bobby Robson y Jose Mourinho.
El 13 de enero de 1997 es una fecha señalada en rojo en todo calendario herculano. Aquella gélida noche de enero, hace 14 años, el Hércules de Quique Hernández, que por aquel entonces ya había sustituido, a Brzic en los banquillos después de un inicio de temporada nefasto, se presentaba en Barcelona con todas las de perder. En frente, el Barça de Ronaldo que se estaba jugando la liga ante el Madrid de Fabio Capello. Todo un reto difícil para el Hércules.
El Madrid venía de empatar a cero en Extremadura, el rival del Hércules por la permanencia en aquellos días. Un resultado que dejó muchas sonrisas en Can Barça. En 1997 también había jornada en lunes. Y, ¿a que saben quién la disputó en aquella jornada 19? En efecto, fue el Hércules, quién si no. El lunes 13 de enero, por las cámaras de Antena 3 TV, el equipo alicantino jugaba en el Camp Nou uno de los partidos más difíciles de la temporada. Todas las apuestas daban como vencedor al conjunto blaugrana. Nadie daba un duro por los hombres de Quique Hernández.
Y el partido no pudo darse de peor forma nada más empezar. Luís Enrique estrenaba el casillero gracias a la colaboración de su tocayo y, por esos momentos compañero, el portugués Luís Figo. La plantilla del Barça de 1997 estaba también comandada por Pep Guardiola. El ahora técnico culé manejaba los hilos del equipo catalán. A su lado, un escudero de lujo, Iván de la Peña. Haciendo memoria, quizá fuera el mejor doble pivote de las últimas dos décadas que ha tenido la escuadra catalana.
Siguiendo con el partido, la noche pintaba negra. Ronaldo Nazario de Lima, el Ronaldo de toda la vida, hacía el segundo después de 5 jornadas sin ver puerta. Se mascaba la goleada y la tragedia para los alicantinos. Sin embargo, esa noche ocurrió algo mágico. Todo cambió en apenas minutos. El Barça, fruto posiblemente de la confianza, empezó a cometer errores uno tras otro. Popescu, Couto...la defensa del Barça hacía aguas y el Hércules se dio cuenta en seguida. Primero Pavlicic, de cabeza, en una jugada de falta por el flanco derecho. Luego, por el mismo costado, Visnjic aprovechaba un balón dentro del área para hacer el empate. El Hércules había despejado de un plumazo todas las carcajadas previas al encuentro. Y todavía quedaba la guinda.
Y esa guinda tenía sabor andaluz, sabor gaditano. Rodríguez, con el 14 a la espalda, quiso dejar su impronta y se sumó a la fiesta blanquiazul con un golazo de ensueño. La jugada casi podría decirse que fue celestial. Un balón caído como si viniera del cielo fue a parar a las botas del killer herculano. En ese momento, Rodríguez puso la directa, enfilo portería sin importarle quién hubiera delante y arrasó con todo. El último escollo, el defensor Laurent Blanc. Un problema serio que el delantero blanquiazul solucionó en cuestión de segundos, los mismos que duró el recorte en donde se paró el mundo para el Hércules. Uno por aquí, otro por allá...y gol. Desde ese día, Blanc todavía busca su cadera. Desde ese día, Rodríguez y el Hércules hicieron más grande la historia que años atrás El Chepa comenzó a escribir...
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