"Suspenso a balón parado" Post Partido: RCD de la Coruña 1 - 0 Hércules C.F.
>> martes, 7 de diciembre de 2010
Feo y aburrido partido el que disputaron anoche Deportivo y Hércules. Los gallegos, con su estilo conservador tan particular, se dedicaron a destruir y a desorganizar. Los alicantinos, más arriesgados que de costumbre, jugaron con su once de gala y fueron decididos a liquidar su mala racha. Pero ni con el cuarteto atacante (Tote, Valdez, Drenthe y Trézéguet) ni sin él. El Hércules estudió para el partido pero se le olvidó el temario a balón parado por donde, precisamente, el equipo de Lotina ganó el partido merced a un gol de Lassad. Oportunidad desaprovechada. Sigue el infortunio fuera de casa.
Dos planteamientos totalmente diferentes se daban cita en la noche de lunes. El Deportivo de la Coruña, comandado por un ‘perro viejo’ de los banquillos como Miguel Ángel Lotina, fue fiel a su estilo. Apostó por su defensa de 5 y por su centro de 4, dejando totalmente sólo arriba a Adrián. La dinámica era cerrar los huecos por el centro para que los atacantes herculanos no pudieran ejercer su trabajo y salir rápido a la contra para buscar las espaldas de los despistados defensores alicantinos.
Por su parte, Esteban nos sorprendió a todos sacando a toda su artillería. Trézéguet, Valdez, Drenthe y Tote formaban un cuarteto de lujo para un equipo recién ascendido. Por fin los seguidores blanquiazules podían ver un once verdaderamente ofensivo. El único riesgo que corría “Boquerón” se encontraba, posiblemente, en el centro del campo. Friztler y Aguilar se iban a tener que bregar más de la cuenta. El primero para cortar las ofensivas herculinas y el segundo para elaborar el juego herculano. Bien es cierto que los jugadores del Deportivo no eran ni Cristiano ni Messi, por lo que el riesgo de dejar esa zona un tanto libre de espacios era asumido.
Oda al fútbol raquítico
Con el paso de los minutos fuimos viendo que ni unos ni otros iban a jugar al fútbol. Tanto locales como visitantes habían planteado un partido en el que la elaboración del juego brillaba por su ausencia. Se centraron más en defender. Y cuando al fútbol se juega a defender, el espectáculo sale por la puerta 0 del estadio. El Hércules apenas se acercó con claridad a la puerta de Aranzubia. Tote era el único que movía la máquina blanquiazul (hoy abeja) en busca del premio y trataba de conectar con Valdez por banda. Pero esta vez a la conexión entre el madrileño y el paraguayo le faltaron varios cables para hacer daño. Valdez, quien se había mostrado molesto en la previa por acudir en bus hasta A Coruña, sólo pudo descargar su rabia con dos cabezazos que no encontraron la dirección correcta. Fue lo único reseñable por parte de los alicantinos en la primera mitad.
Iniciada la segunda parte, el Deportivo salió con más desparpajo en su vertiente ofensiva. Ese cambio vino, como no podía ser de otra forma, a partir de una contra que pilló desprevenidos a los alicantinos. Adrián tuvo en sus botas la mejor ocasión del partido hasta ese momento, pero Calatayud apareció cuando más se le necesitaba para atajar su disparo y salvar los muebles del Hércules. El equipo alicantino sufría y se desesperaba con el paso de los minutos ya que no sólo no podía destruir la muralla defensiva del Depor sino que además el conjunto gallego se le subía a la chepa.
La estrategia de Lotina
Esteban sabía que había que desactivar de alguna forma el entramado táctico de Lotina y optó por dar consistencia y movilidad al centro del campo con Tiago Gomes y Kiko Femenía. Fritzler se había desfondado en sus labores de contención y el equipo se estaba quedando sin gasolina en esa zona. Tiago, con un poco más de recorrido que “el polaco”, podía ser ese eslabón perdido entre el centro del campo y una delantera un tanto desasistida en la noche de hoy. Mientras, el cambio de Kiko por un desafortunado Drenthe también era acertado ya que esa banda no estaba siendo el puñal de otros partidos. Ambos cambios dieron otro aire al equipo que tocaba la pelota con más claridad y seguridad. Además, el sistema daba a Tote más libertad de movimientos para desarrollar su juego.
Lotina, mientras, iba a lo suyo. El técnico vasco cambió a Adrián por Lassad para dar también más frescura a su equipo, que no terminaba tampoco de concretar sus ocasiones. El franco-tunecino tenía la responsabilidad de comandar el peligro de un Deportivo que seguía confiando en sus ideas por muy descabelladas que estas fueran. Una confianza que crecía a medida que pasaban los minutos.
Hasta que en el 73 de partido Lotina y su equipo certificaron esa locura y se sacaron un as de la manga. Una falta desde el flanco izquierdo la botó Saúl hacia el área del Hércules, el balón le cayó a Colotto quien se deshizo fácilmente de su pequeño marcador Peña y peinó el esférico hacia el área pequeña para que Lassad terminara la jugada ensayada en boca de gol. Estrategia pura y dura de la mano alargada de Lotina. Y un nuevo error defensivo para el Hércules que acabaría pagándolo muy caro en el partido.
Portillo tuvo el empate
Al Hércules ya no le quedaban recursos para sobreponerse al jarro de agua fría que había supuesto el gol de Lassad. Esteban, ya a la desesperada, cambió entonces a Valdez por Portillo. El madrileño tenía ante sí otra oportunidad de demostrar su valía. Pero esta vez la suerte le fue de nuevo esquiva y por partida doble. Primero con un balón nada más entrar al terreno de juego y más tarde, en el último minuto del partido, con un remate en el área sin oposición que mandó a las nubes, justo hasta donde se fueron las esperanzas herculanas.
Foto: DiarioInformacion.com
(*) La sinopsis del partido:
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