En noches tan frías como la de hoy, quizá lo mejor que se podía hacer era calentar el ambiente. El Sr. Muñiz Fernández, de pelo engominado y fama de tarjetero, se lo tomó al pie de la letra. Repartió cartulinas de todos los colores, a veces con razón y otras sin ella, y convirtió el encuentro en una partida de locos. Fue el verdadero protagonista de un empate que, a la postre, deja al Villareal sin liderato y al Hércules con una mejor cara.
::> Inicio alentador
Los hombres de Esteban, más despiertos que de costumbre en los primeros minutos (quizá por el prime time del partido), mandaban los primeros avisos con varios centros peligrosos de Tiago Gomes. Aunque de forma leve, el Hércules se acercaba al área del Villareal. Era la primera toma de contacto que se tenía con el sumergible amarillo.
Pero el Villareal es de los pocos equipos a los que les puedes sorprender. Los de Garrido, a pesar del empuje herculano, mantuvieron la intensidad defensiva que se requiere en estos primeros instantes. Y no sólo eso, sino que contestaron a los blanquiazules por mediación de un entonado Nilmar. El brasileño dio un disparo a la madera y poco después tuvo el primero de la tarde en un mano a mano con Calatayud. El Villareal enseñaba también sus armas.
::> Perdona el Villareal…y gol de Valdez
Fue entonces cuando apareció Valdez y nos recordó al Hércules de Barcelona. El paraguayo aprovechó un despiste defensivo de la defensa del Villareal, rompiendo el fuera de juego y quedándose solo ante el portero. Primer gol y primer torpedo certero al submarino. La noche se ponía de cara para el conjunto blanquiazul.
Sin embargo, la alegría herculana duró lo que dura un chupachup en la puerta de un colegio, menos de tres minutos. En una jugada de córner inmediatamente posterior al primer gol, el Villareal respondía a través de Capdevila que aprovechaba un pase de la muerte de Cazorla al área pequeña para empatar el partido.
::> Gol de Trézéguet y primera aparición de Muñiz
A partir de aquí, el encuentro entró en un ritmo de ida y vuelta. El Villareal se sentía cómodo para darle la vuelta al partido, y a punto estuvo de hacerlo cuando Rossi remató un balón palo. Pero como ya pasara en el primero gol, minutos después el Hércules aprovechó el perdón del Villareal para implantar su efectividad. Una jugada de banda iniciada por Cortés, pasó por las botas de un inspirado Drenthe quien colgó el balón al área para Trézéguet. El galo, todo un devorador del área, no se lo pensó dos veces y tal como le llegó balón conectó una bellísima volea por toda la escuadra de Diego López. Segundo torpedo. El submarino empezaba a hacer aguas.
Pero la primera parte no se había acabado todavía, aún quedaba un plato más. Y no fue de buen gusto para los herculanos. Ya que minutos antes del descanso, Trézéguet protestaba una acción al colegiado quien sin ningún miramiento le sacaba la tarjeta roja directa. Más tarde, el acta reflejaría unas duras palabras del delantero hacia el árbitro que perjudicaron a los alicantinos durante toda la segunda mitad.
::> Drenthe superstar
Con superioridad numérica, el Villareal lo tuvo claro. Estrategia de desgaste: atacar, atacar y atacar hasta que el contrario cediera. Juan Carlos Garrido sabía que la fragilidad defensiva del Hércules debía aparecer en cualquier momento dada la superioridad de sus jugadores. Y así fue. Cazorla, tomó el mando del submarino y desde la frontal del área abrió la defensa local con un pase en profundidad para Borja Valero que de tiro cruzado batía a Calatayud. Otra vez empate.
Pero lejos de venirse abajo, el Hércules sacó su casta y ofreció de nuevo capacidad de respuesta. Esteban sacó a Rufete por Tote para dar equilibrio al equipo y dio galones a Drenthe para que hiciera las veces del 10 herculano y generara rapidez a la contra. Era su torpedo final. Un torpedo que no llegó de milagro, de no ser porque Diego López le ganó la partida a Drenthe en un mano a mano tras un robo de balón del holandés en el centro del campo.
::> Muñiz, protagonista absoluto
La suerte también estaba del lado herculano ya que Muñiz Fernández volvió a romper el partido y por partida doble para despropósito del Villareal. Primero con la expulsión por segunda amarilla a Borja Valero y poco después con la roja directa a Musacchio por agresión a Drenthe. Precisamente, de esa falta a unos 20 metros del área nació la última oportunidad del Hércules para matar el partido, obra también de Drenthe. Antes Pamarot había tenido una clara de cabeza.
Al final el tiempo no dio para más y ambos equipos lo agradecieron después de unos momentos finales más propios de una película de Hitchcok que de un partido de fútbol.
:: FICHA TÉCNICA
Hércules: Calatayud; Cortés, Abraham Paz, Pamarot, Peña, Fritzler, Tiago Gomes (Sendoa, m.81), Tote (Rufete, m.46), Valdez, Drenthe y Trézéguet.
Villarreal: Diego López; Ángel, Musacchio, Gonzalo Rodríguez, Capdevila, Cazorla, Bruno, Senna (Cani, m.42) (Jefferson Montero, m.81), Borja Valero, Rossi (Catalá, m.90) y Nilmar.
Goles: 1-0. Min.25: Valdez. 1-1. Min.28: Capdevila. 2-1. Min.40: Trézéguet. 2-2. Min.62: Borja Valero.
Árbitro: Muñiz Fernández (Colegio Asturiano). Amonestó a Pamarot, Drenthe, Fritzler, Valdez y Trezeguet, por el Hércules; y a Rossi, Cazorla, Capdevila y Borja Valero, por el Villarreal. Expulsó a Trézéguet (m.43) con roja directa, del Hércules; y a Borja Valero (m.80), por doble amarilla, y a Mussachio (m.82), por roja directa, del Villarreal.
Incidencias: Partido correspondiente a la séptima jornada de la Liga de Primera División, disputado en el estadio Rico Pérez de Alicante ante unos 20.000 espectadores.
(*) Sinopsis del partido:
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